jueves, 25 de octubre de 2007

como yo no vas a encontrar...

Yo no fui una adolescente rebelde. En realidad fui bastante boluda de pendeja.

Pero ya no me toman para la joda, no. No creo ser "grande" ya, y no me gusta la idea de vivir sola. Le tengo miedo a la oscuridad y si estoy sola de noche me pongo paranoica y escucho ruidos extraños todo el tiempo. Pero prefiero eso.

No deja de ser la única salida viable. No veo otra cosa.

El 6 de noviembre va a ser un día glorioso: voy a cobrar un sueldo en blanco (y cuantioso sobre todo) por primera vez. Y va a marcar algo: yo no quiero tener nada que ver con ustedes. Son familia y los voy a visitar un rato en las fiestas. Tal vez para algún cumpleaños. No me pidan más. Todavía no me puedo mudar, pero prefiero irme, a cualquier lado, al parque, a la plaza, a la calle. Antes que aguantarlas.
Yo entiendo que la frustración de mi hermana X. es porque mi hermana Y. y yo trabajamos, y vamos a cobrar un sueldo, y vamos a tener plata para hacer lo que queramos. Y ella no. Pero no es mi culpa si durante los últimos tres o cuatro años de su vida se dedicó a rascarse la argolla; eso no lo puedo controlar. Y no es mi culpa si todavía está esperando que le respondan del único laburo al que presentó un cv: yo presenté miles de cvs antes que me tomaran donde estoy ahora.
Y no es una competencia; a mí no me interesa eso. Lo único que me interesa es tener un poco de paz, un poco de cariño, un lindo lugar donde vivir.
Pero mi casa nunca fue eso, y soy tonta de "sorprenderme"...

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